jueves, 7 de mayo de 2009

UN VIAJE QUE NO LLEGA SINO A UNO MISMO x Laura Zavoyovski


Reseña de Operación Bukowski
ETC Magazine #10
Septiembre de 2004

Cuando recién comenzaba a escribir sus primeras notas, de perfil más bien romántico, Enrique Ferrari no pensaba que veinte años después una novela suya se ubicaría en los estantes de las librerías de Buenos Aires que desde su adolescencia frecuentaba. Sus comienzos como escritor, fueron “producto de muchas horas de lectura”, explica quien al leer a Juan Carlos Onetti estuvo un par de años sin escribir. “Me dio la sensación de que todo lo que había que escribir ya lo había escrito él.” “Pero, a los 25 años, una serie de circunstancias me tiraron enfrente de la máquina de escribir y empecé a escribir de todo”, recuerda.
Ferrari, de 32 años, tiene en su haber cuentos y relatos cortos publicados y presentados a concursos internacionales.
En el año 2003 terminó de escribir la novela Operación Bukowski.
Francisco Izurieta, alias El Vasco, es el protagonista de este trabajo. Alcohólico, mujeriego, buscavidas, escritor de a ratos, se encontró con un cero de más en el cheque de su último sueldo. ¿Qué hacer con ese dinero caído del cielo? Decide viajar. No tiene nada que perder: su esposa lo acaba de dejar y no tiene un trabajo que justifique resignar la aventura de transitar los lugares que en vida recorriera el escritor Charles Bukowski, su favorito. Es así que Operación Bukowski cuenta, cual diario de viaje, su estadía en Estados Unidos, recorriendo bares, hoteles y clubes nocturnos.
Ferrari acepta que el personaje de su novela tiene puntos en común con él. “Tiene algunas cuantas características del tipo que yo fui. El Vasco es hincha de River, por ejemplo, y su canon literario es muy parecido al mío. Pero la novela no habla de mí. El tipo es un marginal y escribe como quien tira piedras al agua. Además, yo ya no bebo de día, no bebo hasta después de trabajar”, aclara entre risas.
El viaje que el Vasco hace en Operación Bukowski es el mismo que Ferrari pensó para su vida. “Cuando hacer el viaje se hizo improbable, me dediqué a ficcionalizarlo. Al terminar la novela ya no tenía ganas de viajar. Los lugares no serían tan buenos como contados”, acepta. En esta aventura –en distintos lugares, por distintas circunstancias- el personaje recuerda y cuenta al lector parte de su vida: amores, la batalla perdida contra el alcohol y el intento de terminar con al injusticia cuando integraba el 1er Embrión revolucionario años atrás. Así deja entrever al tipo sensible detrás del poco simpático que muestra. Su evocación de la última dictadura es para Ferrari “un ajuste de cuentas con mi pasado militante y con cierta vergüenza ajena que me produce el Proceso”. El Vasco no deja de ser un referente de la post-dictadura: fracasado, sumido en el alcohol, triste.
“Se han quemado un par de generaciones. Quedaron sumidas en el escepticismo, en el escabio, en la marginalidad. Una vez necesitaron el poder de la sangre, nos tiraron picanas y muertos. En otro momento tuvimos viajes a Miami y televisores. El Imperio sabe lo que nos tira”, concluye este joven escritor.

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